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martes, 9 de abril de 2013

Muere el escritor y economista José Luis Sampedro


El humanista, símbolo del compromiso intelectual y ciudadano y referente del movimiento indignado, fallece a los 96 años en su casa de Madrid


El economista José Luis Sampedro, en una imagen de 2011. /JORDI SOCÍAS

Escritor, humanista y economista, la voz de José Luis Sampedro (Barcelona, 1917) que saltó las barreras generacionales  para proclamarse en los últimos años en estandarte del desencanto juvenil en España se apagó el domingo a los 96 años, en su casa de la calle Cea Bermúdez en Madrid. El intelectual manifestó su deseo de morir como había vivido, sin estridencias, sin ruido, sin actos de homenaje. Por expreso deseo del autor, la noticia de su fallecimiento no se ha conocido hasta esta mañana porque quería "irse" de "manera sencilla y sin publicidad", según su viuda Olga Lucas, con la que se había casado en 2003. El escritor ha sido incinerado esta mañana, ha confirmado su entorno. Sampedro es uno de los referentes intelectuales y morales de los indignados del movimiento del 15-M, algo que ha popularizado su figura enormemente este último año.
Aunque nació en Barcelona, Sampedro vivió en Tánger (Marruecos) hasta los 13 años. En 1936, mientras trabaja en Santander, es movilizado por el ejército republicano por la Guerra Civil. Filas que abandona para sumarse al bando nacional, al que se consideraba más afín. Las atrocidades de la guerra le alejaron finalmente de ambos bandos. Hijo de una buena familia, hasta entonces se había limitado a estudiar y aprobar unas oposiciones para funcionarios de aduanas. De su experiencia en la guerra se nutrió su segunda novela, La sombra de los días (Alfaguara), escrita en 1945 y publicada en los años noventa.
Octubre, octubre (1981), La sonrisa etrusca (1985), La vieja sirena (1990),Real Sitio (1993), El amante lesbiano(2000), Escribir es vivir (2003), La senda del drago (2006), y La ciencia y la vida (2008). Es la suya una producción prolífica, desarrollada al margen de las corrientes literarias, y marcada por su postura vital de contribuir, desde la educación, la cultura y la transmisión del saber, a la consecución de un mundo mejor. 
(de EL PAÍS)