No tengo palabras suficientes para expresar nuestras más profundas condolencias. Cuando hablamos de cambio climático o de emergencia climática a menudo se percibe como un concepto abstracto y alejado de nuestra realidad diaria. Por desgracia, el cambio climático es esto: la intensificación de fenómenos meteorológicos extremos como el que ha ocurrido en Valencia, con un nivel de destrucción cada vez mayor. Ignorar que estamos traspasando estos límites planetarios provoca muertes que no nos podemos permitir, ni una más. Mientras la sociedad sufre las dramáticas consecuencias de la emergencia climática, las empresas que basan su negocio en los combustibles fósiles ―principales causantes de la crisis climática― se siguen lucrando y continúan presionando en contra de la ambición climática y para eludir su responsabilidad. Desde Greenpeace pedimos que paguen las consecuencias de los daños que el cambio climático está provocando en la sociedad. Los datos son conocidos: el 71% de las indemnizaciones corresponden a inundaciones y, tras las altas temperaturas, son el fenómeno atmosférico que más muertes provoca en España. Por desgracia, ya hay que lamentar más de un centenar de fallecidos por esta DANA. Uno de los grandes debates en la próxima cumbre del clima, la COP29, va a ser quién tiene que pagar los costes de las pérdidas y daños que provoca el cambio climático. En Greenpeace tenemos muy claro que son las corporaciones de los combustibles fósiles y no la sociedad quien debe afrontar esos costes, además de los de mitigación, para poner freno al proceso de calentamiento global y evitar que sobrepase el peligroso umbral de 1,5 ºC fijado en el Acuerdo de París. Si queremos salvar vidas, es necesario aplicar medidas ambiciosas que reduzcan las emisiones y frenen el avance del cambio climático. Estos episodios extremos nos muestran que la falta de ambición climática, la insuficiente reducción de emisiones de los planes recién aprobados, tienen consecuencias mortales. Además, ante los cambios ya irreversibles se deben tomar también medidas de adaptación para proteger a las personas y aumentar la resiliencia de los territorios. Restaurar la naturaleza es la clave para protegernos frente a eventos extremos a la vez que es una oportunidad transformadora para tener unos entornos resilientes y sanos para la biodiversidad y las personas. Para esto se necesitan medidas desde el nivel local hasta el global, y en Greenpeace estaremos ahí para seguir demandándolas. Una vez más, nuestro pésame y cariño a todas las personas y sus familias que están sufriendo esta tragedia humana. Seguimos luchando, hoy es más necesario que nunca. Un abrazo, Eva Saldaña Directora Ejecutiva de Greenpeace España |