El huerto que sepultó al director
Dimite el responsable del colegio de Fresnedillas de
la Oliva (Madrid) al que multó el alcalde por abrir un campo de cultivo escolar sin
permiso municipal
En apariencia era un inocente y pequeño huerto de 15 metros cuadrados del
colegio público San Bartolomé de Fresnedillas de la Oliva. Pero se ha revelado como la punta de lanza de un
enfrentamiento entre el Ayuntamiento y el centro escolar, que ha provocado la
dimisión del director del colegio, Julio Viejo, el pasado viernes. Las
presiones ejercidas por el Consistorio que, tras destruir el huerto, le abrió dos expedientes sancionadores por
un total de 12.000 euros —por desoír las órdenes municipales y continuar con la
plantación—, han provocado su renuncia. Se va como profesor a un colegio de la
vecina localidad de San Lorenzo de El Escorial. El mismo viernes, le
comunicaron el archivo de las multas.
Los docentes del San Bartolomé, que han apoyado siempre a Viejo, no salen
de su asombro y denuncian que se ha “consumado la defenestración del director
por realizar una actividad educativa aprobada por el Consejo Escolar”.
En junio, padres y profesores iniciaron una plantación para los niños, pero el Ayuntamiento no estaba de acuerdo porque en el
lugar elegido se iban a realizar unas obras de ampliación del colegio. Al ser
terreno municipal, si ocurría algo la responsabilidad sería del Ayuntamiento.
Desde el centro se recordó al alcalde, Antonio Reguilón, del PP, que el huerto
solo iba a permanecer abierto hasta final de curso y que las obras empezarían
después, por lo que no interfería en nada. El Consejo Escolar decidió seguir
adelante y llegaron las multas.
La Dirección de Área Territorial Madrid Oeste comunicó antes del verano al
director que una salida ante el cariz que estaba tomando el enfrentamiento era
su traslado. Al no recibir más noticias, Viejo pensó que iba a poder permanecer
en su puesto e, incluso, tomó parte en reuniones para organizar el curso. Pero
no era así.
Los profesores consideran un “hecho inaudito”, que la Comunidad de Madrid
permita que el alcalde de la localidad decida sobre la continuidad de la
dirección de un colegio que depende de la Consejería de Educación, utilizando
su capacidad de multar y que se haya obligado a Viejo a pactar su salida.
El alcalde replica que no sabía nada y que solo “había oído rumores”.
Admite que el director se ha visto sometido a una “presión brutal”, pero por
parte de padres y profesores que decidieron seguir adelante con la plantación.
“Yo estoy a favor de los huertos, como demuestra que en el otro colegio hay uno
desde hace años”, explica. Lo que reconoce que le molesta es que el 85% de los
niños del pueblo se vayan a estudiar fuera o que no se utilicen libros. Desde
la Consejería de Educación explican que la dimisión ha sido a petición propia
de Viejo y que el archivo de los expedientes sancionadores es una competencia
exclusiva del Ayuntamiento.
El claustro del colegio ha denunciado, incluso a la Defensora del Pueblo,
la presión que, en su opinión, está sufriendo su labor educativa desde el
Consistorio con descalificaciones, presiones para imponer una línea editorial
de libros o amenazas. El colegio mantiene una línea pedagógica, que conjuga el
conocimiento con el desarrollo creativo. En 2010 fue galardonado por el
Ministerio de Educación con un premio nacional y el curso pasado obtuvo un 9,45
sobre 10 en la prueba de Conocimientos y Destrezas Indispensables (CDI)
realizada por el Gobierno regional.
( ESTHER SÁNCHEZ)
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