-Las cosas se han puesto de un modo,
que cualquier cosa que hagas rebosa de transcendencia. Y eso agota.
Por
ejemplo, en la frutería en la que he comprado esta mañana un par de cebollas
-'Compartamos Semillas' era el nombre del establecimiento- me han felicitado
por mi compromiso con la defensa de la naturaleza. De paso me han invitado a
participar en un taller sobre meditación. Me han dicho que el próximo finde
toca biodanza transcendental.
-Cuando esperas el
resultado de la biopsia, es normal que le prometas a la Virgen María ir a
Fátima lo antes que puedas. Después, con el informe leído y con el ánimo más
tranquilo, miras tu agenda y ves que la tienes completa. Que si el trabajo, que
si las vacaciones: ni un día libre. Pero una promesa es una promesa. Y ahí está
la Virgen, esperando. ¿Qué hacer? La solución, tal como puede leerse en el muro
de Felix
Ovejero, la ha
encontrado un señor de Portugal que se ofrece para peregrinar en tu lugar por
2.500 euros (más 250 por rezar el Rosario y otros 25 por vela encendida). No
cabe la menor duda de que la relación precio/calidad es inmejorable.