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lunes, 31 de marzo de 2025

TEST de CULTURA MUSiCAL


De 1982. 500 items de Historia de la Música en 40 capítulos sobre distintas épocas y principales autores.

Me reflota ahora este TEST, destrastando, entre las montoneras que aún no se han revisado a fondo o que me resisto a tirar.

Por si a alguien le viene bien:




(de I a VI)


Respuestas de VII a XVI:

lunes, 24 de marzo de 2025

La semana internacional por Andrés Gil

 La OTAN es una alianza militar cuyo comandante en jefe está en la Casa Blanca y cuyo origen responde a un contexto histórico muy concreto: el reparto de esferas de influencia entre las dos potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial: EEUU y Rusia. Era 1949, la pugna entre Moscú y Washington se evidenció con la división de Europa –y el océano Pacífico–, y fue contestada por la URSS con la creación de un antagonista, el Pacto de Varsovia. La clave de ambas alianzas militares, sostenidas, financiadas y armadas por ambas metrópolis, residía en el llamado Artículo 5 de la OTAN: que cualquier ataque a uno de los miembros de la alianza militar sería respondido por el conjunto de sus integrantes, a la manera del uno para todos y todos para uno de los tres mosqueteros. Pero el Muro de Berlín cayó en 1989, la URSS se desintegró en 1991 y el Pacto de Varsovia de disolvió en ese mismo año. Sin embargo, la OTAN ha sobrevivido, se ha expandido hacia el Este e, incluso, a raíz de la invasión rusa de Ucrania, Suecia y Finlandia se convirtieron en miembros, lo que significa que la OTAN tiene 1.000 kilómetros de frontera con Rusia. Y, en dos meses, desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la entente ha saltado por los aires. Washington está priorizando el diálogo con Moscú por encima de su histórica alianza transatlántica con Europa, hasta el punto de deslizar el presidente de EEUU que sus aliados no responderían ante una posible activación del Artículo 5 por parte de EEUU en caso de necesidad: lo que no decía Trump, quizá porque ni siquiera se haya molestado en saberlo, es que la única vez que se ha activado el artículo 5 de la OTAN fue tras el ataque de Al Qaeda a las Torres Gemelas, en 2001.

Rearme para el 'modo guerra'                                         La economía de guerra a la que durante dos años hicieron referencia los dirigentes europeos, especialmente Josep Borrell y el excomisario de Mercado Interior, Therry Breton -hoy fuera del gobierno comunitario- tiene ya forma, explica Irene Castro: medidas y planes concretos. Uno de ellos el 'plan de rearme' que presentó Ursula Von der Leyen para que los países europeos disparen en 800.000 millones de euros el gasto militar gracias a la flexibilización de las reglas de la disciplina fiscal y a créditos ventajosos. Otro es el Libro Blanco de la Defensa Europea: la hoja de ruta con la que la UE pretende desarrollar su industria de defensa, que a pesar de las inversiones multimillonarias que comporta ha estado olvidada a ojos del ejecutivo comunitario durante décadas. La intención es ganar en coordinación militar dentro del club comunitario -un reciente informe del Tribunal de Cuentas Europeo alertaba de que no se podía garantizar un despliegue rápido de los ejércitos incluso por la falta de armonización de las reglas de circulación a la hora de permitir la movilidad de los tanques-, pero sobre todo aumentar las capacidades, es decir, tener más armas y equipos. La desconexión de Trump de la seguridad de Europa ha precipitado los acontecimientos. EEUU, que ha sido el paraguas de la seguridad europea durante décadas, con las contrapartidas que ello ha supuesto, ya ha advertido a los socios europeos que se centrará en el Indopacífico por la amenaza que supone en esa región China. En la Comisión Europea mantienen, pese a esa amenaza, que la OTAN “sigue siendo la piedra angular de la defensa colectiva de sus miembros en Europa”, según figura en el Libro Blanco de la Defensa.

¿Sustituir a EEUU en la OTAN?
Las potencias militares europeas están trabajando en un plan durante los próximos cinco a diez años para sustituir a EEUU en la OTAN, según ha revelado el Financial Times (FT), que escribe que se trata de una propuesta a la administración de Donald Trump para una transferencia gradual que le permitiría centrarse más en Asia e incluiría, para convencer al presidente de EEUU, compromisos firmes para aumentar el gasto europeo en defensa y reforzar las capacidades militares.
El objetivo, según el medio británico, es elaborar un plan para trasladar la carga financiera y militar a las capitales europeas y presentarlo a Washington antes de la cumbre anual de líderes de la OTAN en junio. Entre los países que participan en las conversaciones informales están Reino Unido, Francia, Alemania y los nórdicos, informa el FT citando a cuatro representantes europeos implicados.
De acuerdo con el diario, las conversaciones son un intento de evitar el caos de una retirada unilateral de Estados Unidos de la OTAN en medio de las amenazas del presidente republicano, que ha advertido a los miembros de la alianza transatlántica de que, si no destinan los recursos comprometidos a defensa, su país no les defenderá.
Según las fuentes citadas, se necesitarían entre cinco y diez años de ese aumento del gasto para elevar las capacidades europeas a un nivel en el que pudieran reemplazar la mayoría de las competencias estadounidenses, sin incluir la disuasión nuclear.

Más gasto en defensa
La presión a la UE llega de la propia OTAN, explica Irene Castro, que pretende que Canadá y los miembros europeos aumenten en un 30% las reservas de armamento y equipos en los próximos años, según Bloomberg. Y es que una de las exigencias de Trump es superar el actual objetivo del 2% del PIB en gasto en defensa. Su apuesta es que se llegue al 5%. Ese umbral es prácticamente inalcanzable para mayoría de aliados, pero lo que está claro es que en la próxima cumbre de la OTAN se elevará el objetivo, al menos hasta el 3%.
Esa cita que se celebrará en La Haya a finales de junio será complicada para países como España, Bélgica, Italia, que están muy alejados del objetivo inicial del 2%. Sánchez se ha visto obligado a plantear una aceleración del incremento del gasto en defensa, a pesar de las complicaciones que le genera dentro de su propia coalición de gobierno.
La principal pelea que está liderando Sánchez y el resto de países del sur, como Italia o Eslovenia, es que en el cómputo del gasto en defensa se tenga en cuenta un concepto amplio que incluya partidas de seguridad como la protección de fronteras, la lucha contra el terrorismo e incluso la preparación contra las emergencias derivadas del cambio climático. “Las amenazas que tiene el sur de Europa son algo diferentes a los que tiene el este de Europa”, reiteró Sánchez en Bruselas.
Y, aunque se escuchó la queja de Sánchez y de la ultraderechista italiana Giorgia Meloni por la narrativa belicista y la Comisión Europea ha reconocido que hay distintas “sensibilidades” que les harán cambiar la comunicación hablando de 'Preparación 2030', lo cierto es que el 'modo guerra' ya no es sólo retórica.

Alternativas a la guerra y el rearme
Europa vuelve a elegir la senda de la militarización, con el argumento de que existen amenazas que obligan a posponer todo lo demás, como explica Olga Rodríguez. El plan de rearme anunciado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la misma que defendió las masacres contra Gaza -asegurando que Israel tenía “derecho a defenderse”- ha sido aceptado por 26 de los 27 miembros de la Unión Europea, sin apenas cuestionamiento.
El proyecto prevé un gasto militar sin precedentes, de hasta 800.000 millones de euros en cuatro años, en base a una presunta situación “excepcional”. No ha habido nunca prisa para destinar un paquete de cientos de millones de euros a educación, sanidad, cooperación o vivienda digna para todas las personas que habitan en la Unión Europea. Las prioridades son otras. No hay consenso ni mecanismos de excepcionalidad para mejorar la vida de la gente, pero sí para la militarización, es decir, para la guerra.
La vía del rearme facilita escenarios de más impunidad. Da fuelle a las empresas que contribuyen a la guerra, a la represión en las fronteras y a la extensión del control coercitivo contra población civil. No es honesto despreciar las alternativas a la escalada bélica y tachar de ingenuos a quienes la cuestionan, porque no hay mayor ingenuidad que creer que un gran aumento del gasto militar mejorará nuestro mundo y ahuyentará las amenazas.
Pensar en los pueblos es pensar en vías diferentes a la guerra. Es idear y exigir mecanismos para fortalecer la defensa del derecho internacional, de la negociación, de más derechos y libertades, de políticas más justas, de mecanismos de diálogo. Es, también, conocer cuán peligrosos son el lenguaje de las armas y la desmemoria.
Una y otra vez se repite el mismo ciclo con las guerras y una y otra vez se olvida: se necesitan semanas, meses o incluso años para que desaparezca la embriaguez belicista y asomen los hechos, los análisis sosegados y los dolorosos resultados, analiza Olga Rodríguez. Cuando llegue ese momento de nuevo nos dirán que no se podía saber, que parecía una buena idea, que no existían aún todos los datos para concluir que la apuesta por la militarización presentada como única opción no era el mejor de los caminos.

Y mientras, 50.000 asesinados en Gaza.
Mientras Europa se esfuerza en dar garantías de seguridad a Ucrania, sigue dejando vía libre a Benjamín Netanyahu en su genocidio en Gaza desatado como respuesta a los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, que causaron 1.200 muertos. La venganza israelí ya suma más de 50.000 muertos, y la última vuelta de tuerca ha sido crear la llamada Dirección de Migración, un nuevo organismo que gestionará la “transferencia voluntaria” de los residentes de la Franja de Gaza a un tercer país, según ha informado en un comunicado el Ministerio de Defensa de Israel.
Este nuevo organismo estará gestionado por el ministro de Defensa, Israel Katz, quien se encargará de “preparar y facilitar el tránsito seguro y controlado de los residentes de Gaza para su salida voluntaria a terceros países”, según afirma esta nota. Esto incluye “asegurar su movimiento, establecer una ruta de tráfico” y “coordinar la infraestructura que permita el tránsito por tierra, mar y aire a los países de destino”. A principios de febrero, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció su intención de tomar el control de la Franja de Gaza para reconstruirla y convertirla en la nueva “Riviera de Oriente Medio” mediante la expulsión forzosa de más de dos millones de gazatíes a países como Egipto o Jordania, que ya se han opuesto de forma radical a aceptar este tipo de medida.
De hecho, la cumbre extraordinaria de líderes de la Liga Árabe, celebrada recientemente, aprobó un plan de Egipto para la reconstrucción de Gaza por un periodo de cinco años, sin la expulsión de su población y con un coste de alrededor 53.000 millones de dólares que ya ha sido respaldado por países como Alemania y Reino Unido. 
                                 Andrés Gil

¡Ni la UNA ni la OTAN!

sábado, 22 de marzo de 2025

La Justicia ha tomado su decisión. Los seis millones de euros que se llevaron “pa la saca” –según sus propias palabras– Alberto Luceño y Luis Medina no son el fruto de una estafa. Todo es perfectamente legal, aunque buena parte del material sanitario fuera defectuoso, los precios fueran desorbitados e hicieran creer al Ayuntamiento de Madrid que lo suyo era filantropía y no pura codicia. Aunque lograran este pelotazo a través del primo del alcalde, que les facilitó los contactos. Aunque la comisión fuera incluso mayor que el precio real del pedido: Luceño y Medina se llevaron seis millones de los once que Madrid pagó.

No fue una estafa, dice la Audiencia de Madrid. Solo hay una condena menor para Alberto Luceño y por otros delitos: fraude fiscal y falsificar un carné con el que se hacía pasar por agente del CNI. Su absolución certifica la impunidad de los comisionistas que se enriquecieron durante la pandemia, los que hicieron grandes negocios mientras miles de personas morían. Lo mismo que pasó con Tomás Díaz Ayuso, y ese contrato a dedo de 1,5 millones que el gobierno que preside su hermana adjudicó a un amigo de su pueblo. O con Alberto González Amador, la pareja de Ayuso, que ni siquiera está acusado por cobrar dos millones de comisión por la compraventa de mascarillas, sino por defraudar a Hacienda tras este pelotazo y presuntamente pagar un soborno de medio millón de euros a su cuate, el presidente de Quirón Prevención. 
Los hechos probados de la sentencia absolutoria para Luceño y Medina, pese a todo, explican mucho de cómo funcionan algunos negocios en Madrid. Quien tenía el contacto con los fabricantes de mascarillas en China era Alberto Luceño. Él fue el ideólogo y principal hacedor: puso la teoría y la práctica en esa millonaria operación. Su socio, Luis Medina, tan solo aportó un número de teléfono de su agenda. Poco más. Conocía a una amiga del primo del alcalde de Madrid, que fue quien les abrió las puertas del Ayuntamiento. Y por dos llamadas telefónicas y el envío de un email, Luceño recompensó a Medina con un millón de euros; un buen pellizco del botín. 
Todo se entiende mejor cuando se explica quién es Luis Medina, el que ponía su nombre y su agenda. No es un cualquiera. Su padre era el duque de Feria. Su hermano es el actual duque de Feria, también marqués. Y la historia de su aristocrática familia sirve para entender algunas cosas de la España actual. 
Entre los antepasados directos de Luis Medina están varios de los nobles más ricos y poderosos de los últimos siglos. Como su bisabuelo Luis Fernández de Córdoba y Salabert: once veces duque, quince veces conde, diecisiete veces marqués y también el mayor terrateniente de entre todos los grandes de España en los años de la Segunda República –poseía 74.000 hectáreas–. O su antepasado Juan Francisco de la Cerdá, duque de Medinaceli y también el noble más rico del siglo XVII español. O el propio rey Alfonso X, de donde viene su familia. O el primer duque de Lerma, Francisco de Sandoval y Rojas; tal vez el mayor corrupto de la historia de España. 
Antes de hablar del duque de Lerma, hay que explicar algunas cosas de Madrid: la más anómala de las grandes capitales europeas. La única sin un puerto marítimo o un río navegable. La que está a mayor altitud sobre el nivel de mar –657 metros; solo la supera Andorra la Vella–. La única que ascendió a capital siendo poco más que un pueblo. La única que, durante siglos, tuvo como principal industria la propia corte; el favor político, los negocios alrededor del poder. 
Buena parte del origen de estas anomalías de la capital de España se explica por un coto de caza. Un coto privado que aún sigue ahí. Una cuarta parte del territorio de la ciudad de Madrid –el monte del Pardo– sigue cerrado al público. Solo los corzos, los gamos, los borbones y sus invitados lo pueden visitar. Es tan enorme esa ciudad prohibida que hubo espacio suficiente como para que Juan Carlos I pudiera construir allí una casita para su amante, Corinna Larsen, sin que la reina Sofía se enterase. Y este coto privado de caza, del que ya te hablé hace dos años en otro boletín, es una de las principales razones que convirtieron a Madrid en la capital que es hoy.
La valla que rodea este coto de caza, y que la separa del resto de la ciudad, mide 66 kilómetros. En tiempos pasados, este real coto privado fue aún mayor. No solo todo el monte de El Pardo era de uso exclusivo de los reyes; pasaba lo mismo con el parque del Retiro y con la Casa de Campo, que estuvieron cerradas al público hasta la Segunda República. En esencia, la pequeña villa de Madrid creció alrededor de una vieja fortaleza musulmana –parte del sistema defensivo de Toledo– para dar servicio a un enorme pabellón de caza de los reyes de España. El castillo, de los tiempos del Magerit musulmán, fue construido alrededor del año 870, en una pequeña colina junto al Manzanares, donde hoy está el Palacio Real. El pabellón de caza de El Pardo vino después, tras la conquista castellana; la primera construcción fue de Enrique III, en 1405, para aprovechar la riqueza cinegética de la zona, en las laderas de la sierra Guadarrama. En Madrid no había puerto, ni industria, ni comercio, ni catedral, ni universidad, ni tampoco un río navegable. Pero sí gamos y ciervos para disfrute del rey. La casa de Trastámara abrió el pabellón de caza en El Pardo, la casa de Austria lo amplió. Era la principal actividad económica: en 1480, Madrid apenas contaba con 3.400 habitantes. Y cuando Felipe II trasladó allí la capital, en 1561, vivían en la villa apenas 20.000 personas: una fracción de lo que entonces eran Toledo, Sevilla, Lisboa, Barcelona o Valladolid. Pasar de pabellón de caza a capital del imperio supuso un gran impulso para la ciudad. Con la llegada de los nobles y la administración de la corona, la población se disparó. El traslado de la corte llegó con el inicio de la construcción del monasterio de El Escorial, un enorme edificio que explicaron al expresidente de los EE.UU.  George H. W. Bush con una sencilla y precisa metáfora, en una ocasión en la que visitó este lugar: “Esto era el Pentágono del siglo XVI”. 
La entonces mujer del emperador Felipe II, Isabel de Valois, también ayudó a que llegara la capital: odiaba Toledo y sus murallas, y veía en la campestre y menos poblada Madrid un ambiente más favorable para la salud. Además del favor de la reina, había otros factores que ayudaron a Madrid. Valladolid había sido una de las ciudades que encabezó la revuelta comunera. Y en Toledo, el emperador sufría el incordio de compartir una pequeña parte del poder con la Iglesia, con el arzobispo de la ciudad –en 1561, Madrid no tenía obispo ni tampoco catedral–. La capital fue un gran negocio; lo sigue siendo hoy. Las idas y venidas de la corte lo fueron aún más. Y aquí llegamos al famoso duque de Lerma, Francisco de Sandoval y Rojas; uno de los antepasados famosos del comisionista Luis Medina. Fue el primer valido de Felipe III. Y en 1601, logró convencer al rey de abandonar Madrid y mover la capital a Valladolid. Aquella fue una jugada maestra de la especulación inmobiliaria. Seis meses antes del traslado, con algo que hoy calificaríamos como un delito de información privilegiada, el duque de Lerma y sus secuaces compraron a precio de ganga numerosas propiedades en Valladolid. Terrenos y palacetes que se revalorizaron con la capitalidad y que el duque más tarde vendió con enormes plusvalías. Entre otros compradores, el duque colocó uno de sus palacios vallisoletanos al no muy listo rey.
Apenas cinco años después, en 1606, el duque de Lerma repitió la operación. Invirtió a precio de ganga en Madrid poco antes de que Felipe III trajera de vuelta la capital. De nuevo le salió bien, y con ambos pelotazos el duque de Lerma se convirtió en el noble más rico de su tiempo. Una fortuna descomunal que aún hoy es visible en algunas ciudades, como la propia Lerma; el impresionante palacio de 201 balcones que se construyó en esta localidad burgalesa es hoy el actual Parador de Lerma. Pero el mayor edificio que construyó el duque de Lerma estaba en Madrid, aunque fue demolido hace más de un siglo. Fue un gran palacio en el paseo del Prado, más tarde conocido como el palacio de los duques de Medinaceli, que fue la casa aristócrata que después lo heredó. El terreno que ocupaba ese espectacular complejo, con varias huertas, conventos y edificios para el servicio, iba desde la carrera de San Jerónimo y la plaza de Neptuno hasta la calle Huertas: el equivalente a cuatro manzanas del Madrid actual. Por entender mejor sus dimensiones: apenas una tercera parte de ese enorme terreno enfrente del Museo del Prado es donde hoy se levanta el Hotel Palace de Madrid. 
La especulación inmobiliaria no fue el único negocio corrupto del duque de Lerma. También sacó millones de maravedíes revendiendo puestos en la administración; Madrid llegó a tener más de una veintena de corregidores, adjudicados al mejor postor.
El duque de Lerma acabó cayendo en desgracia. Demasiado dinero, demasiado poder, demasiadas envidias alrededor. La mujer de Felipe III, Margarita de Austria, no se fiaba de él, con razón. El propio hijo del duque también conspiró en su contra y el valido acabó perdiendo el favor del rey. Tras perder ese privilegio, sus enemigos se volvieron contra él. Su mano derecha, Rodrigo Calderón, acabó ejecutado en la Plaza Mayor, condenado como chivo expiatorio por los crímenes que atribuían a su protector. Y el duque de Lerma se libró de un destino similar gracias a su red de contactos. Consiguió que el Papa de Roma, entonces Paulo V, le nombrara cardenal. De esa manera el duque de Lerma esquivó buena parte de los procesos judiciales en los que estaba inmerso: los altos cargos de la Iglesia contaban entonces con una protección similar al actual aforamiento de muchos políticos. Solo los tribunales eclesiásticos, y no los seculares, los podían juzgar y condenar. El nombramiento como cardenal salvó la vida al duque de Lerma. Murió en la cama, en Valladolid, desplazado de la corte por el conde-duque de Olivares, que se convirtió en el valido del siguiente rey, Felipe IV. Perdió parte de sus rentas, pero murió impune, gracias a la protección del Vaticano como cardenal. Solo la opinión pública lo condenó con una famosa copla que, en esos años, circuló por Madrid: “Para no morir ahorcado / el mayor ladrón de España / se viste de colorado”. 
Aquella villa pegada a un coto de caza ha cambiado mucho desde entonces. 
El monte de El Pardo sigue ahí, cerrado a los madrileños; la mayoría de ellos ignoran incluso su enorme extensión. Pero hace tiempo que la corte dejó de ser la principal industria de la región. Madrid es hoy una de las ciudades más pujantes de Europa, en gran medida apoyada por el impulso que el poder político le dio, al situar la capital de España en el centro de la península, sin un río navegable, muy cerca de corzos y jabalíes pero a 657 metros por encima del nivel del mar. España tampoco es hoy aquella que retrató Berlanga en ‘La escopeta nacional’. Aunque hay cosas que no cambian nunca. Para algunos negocios, la agenda de un aristócrata de la casa Medinaceli sigue valiendo un millón.
 Me despido aquí por hoy. Espero que tengas un buen fin de semana. Gracias por leerme. 

Un abrazo
Ignacio Escolar

P.D. Un último recordatorio. Tanto el pelotazo de Luceño y Medina como las comisiones del hermano de Ayuso como el fraude fiscal y demás negocios de Alberto González Amador se conocen por un motivo: por la investigación periodística de elDiario.es. Las tres exclusivas las destapó esta redacción, de la que tú también formas parte con tu apoyo. Si elDiario.es hubiera existido en el siglo XVII, estoy seguro de que el duque de Lerma también nos hubiera intentado silenciar.


viernes, 21 de marzo de 2025

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