Elena Rubio
Encuentro hace pocos días a Elena Rubio en la Plaza de Dávalos, ante la puerta de la Biblioteca Pública. Repartía bonita tarjeta , que ahora veo, mientras explicaba gentilmente que ya funciona con algún mini-grupo, de tres o cuatro aprendices, creo recordar; más casos aparte de clase particular de encuadernación.
Le expreso mi remoto fervor y admiración al oficio. Por querer presumir un poco, se me encasquillan, sin embargo, y no me salen ni la mención ni la oportuna cita de los buenos libros que adquirimos sobre el noble oficio: dormitan en la estantería desde hace ya tanto tiempo... Añado que en otra época, de más interés y curiosidad, quise practicar y conocer esta habilidad aun no encontrando entonces ni a encuadernador ni a nadie que lo enseñase, jubilado ya el único que pude conocer por aquí. Enhorabuena y deseo de mucha suerte para llenar este interesante espacio.